Antes me preguntaba cómo Dios podía mentirle a Abraham acerca de sacrificar a su hijo Isaac, pero la historia comienza diciéndonos que Dios puso una prueba a Abraham. El propio Abraham parece saber que es una prueba: en los versículos omitimos o en esta lectura, les dice a los sirvientes que él e Isaac regresarán después del sacrificio; también le dice a Isaac que Dios proporcionará la ofrenda. Al parecer, yo soy el único engañado por Dios.
No sé si yo hubiera pasado la prueba. Al menos habría discutido con Dios al respecto, rogándole que dejara vivir a mi hijo. Sin embargo, en la segunda lectura, San Pablo nos recuerda que Dios no dejó vivir a su propio hijo. (Romanos 8,32) Pasó su propia prueba. Jesús fue sacrificado para que Dios pudiera mostrarnos cuánto nos amaba: Al morir, Jesús nos mostró la promesa de la resurrección, lo cual nos muestra que también podemos tener una vida nueva a través del perdón de nuestros pecados. Si Dios nos ama tanto que entrega a su Hijo a morir por nosotros, ¿por qué no nos perdonaría? O como dice Pablo, si Él está a nuestro lado, ¿quién nos puede hacer daño?
¿Qué nos dice sobre la vida? Quizás hayas notado que las cosas no siempre salen como quieres. A veces sufrimos sin razón aparente. Podemos perder a alguien que amamos por la muerte. Podemos sentirnos tentados a perder la fe cuando vemos guerras, tornados que matan, o ataques terroristas, y decimos si “Dios está por nosotros”, ¿por qué permite estas cosas? Porque todavía nos está poniendo a prueba. Y no necesariamente poner a prueba a las víctimas de estos problemas. Si me enojo con Dios porque me entero de la muerte de alguien, no he pasado la prueba.
¿Eso significa que esas tragedias son nuestra culpa? No, Dios les concede a todos el libre albedrío y algunas personas eligen hacer el mal, y algunos accidentes son simplemente accidentes y nadie tiene necesariamente la culpa. A veces Dios interviene y se salvan vidas. Otras veces, Dios interviene salvándonos después de la muerte con la resurrección. Pero mientras la gente dude del amor de Dios, habrá pruebas. Por eso es tan importante proclamar el Reino, para que algún día todas las personas conozcan el amor de Dios y no necesiten ser probados.
Tom Schmidt